martes, 27 de septiembre de 2011

" Amorantá "




Cielo muy claro al amanecer, desde el horizonte, una pared de niebla se acercaba lentamente dejando un ambiente brumoso, cálido, tranquilo. Ensoñación.
OCHENTA Y NUEVE.




En continua desazón, seguimos con incontables fugas de agua sin aparente posibilidad de achique.


Van a pagar menos al personal de la sanidad pública, pero se van a gastar una millonada en doblar las pelis americanas al catalán.
¿No es muy incongruente?
Martes negro, algo más que ayer, pero menos que mañana.






Aparentementé, últimas tardes del toros el fin de semana en la Monumental. ¿ Por qué?
¿ Por qué se prohiben las corridas de toros y no la pesca con caña, la subacuática o la caza de cualquier animal, por ejemplo?
¿Por qué prohibir un rito ancestral, una ceremonia de inmolación que nació con la civilización?


No soy quien para defender la lidia, porque además la conozco y la venero como ceremonia de expiación, culto y respeto  a la naturaleza del toro bravo,  que es el más hermoso animal que yo conozco.



 Desde que tengo uso de razón he visto, sufrido y disfrutado corridas de toros.
 Es una de las cosas más hermosas que debo a Ricardo, que era taurino con sentido, mesura y señorio.






No es tortura. Torturar implica que el torturado no puede defenderse y que el torturador no asume ningún riesgo.
El toro de lidia está naturalmente predispuesto para la lucha.
Está en su naturaleza. Sufre más estrés durante su transporte o en el momento de salir a la plaza que en trascurso de la lidia. En lugar de sentir “dolor” como un sufrimiento, lo siente como un estimulante para la lucha. Se transforma inmediatamente en una excitación agresiva.

La lidia es una lucha con armas iguales, la astucia contra la fuerza, como David contra Goliat. Ilustra la inteligencia humana sobre la fuerza bruta del toro. ¿Qué pretenden algunos que siempre ganara el toro? Que la lucha sea desigual no significa que sea desleal.



JOSELITO- 1920

IGNACIO SANCHEZ MEJIAS- 1931




PAQUIRRI-1984

Algunos defienden que no maten al toro.
Pues bien, ante eso digo que acabaríamos con las razones simbólicas, éticas y estéticas. ¿El hombre podría morir y el toro no? ¿Uno pone en peligro su vida y el otro no? ¿Sufriría menos si lo matáramos en el matadero al lado de 200 cochinos engordados para convertirse en carne de McDonals?




El toro de lidia es el único animal criado por el hombre que vive y muere conforme a su naturaleza. Es un caso único en la ganadería que debe respetar necesariamente las exigencias de la vida salvaje.



Y enfrente del toro, ofreciendo su vida en loor de algo tan intangible y tan difícil de explicar, si no se siente,  profundo y veraz hay un torero.

Y hubo un torero. Tampoco voy a explicar las virtudes de la tauromaquia de Morante, no soy crítico y no entiendo de la técnica ni de terrenos, ni de reglamentos o disposiciones.


Sólo puedo entender de sentimiento, de la eternidad, la música y el lamento de cada lance de Morante.

Del lujo, del duende y del tronío, la emoción y el sentido.

Todo cabe en un instante, en un pase, en un momento, en una imagen que se te queda clavada en la misma entraña. Sólo el que lo puede sentir, lo sabe.




Parar, templar y mandar.
Lo dijo Domingo Ortega.

Lema digno de aplicar en cada lance o muletazo que se da a cada una de las embestidas que uno se encuentra en la vida.
Parar, templar y mandar, cada una las bestias, en cada uno de los momentos comprometidos.
El temple, siempre de frente y por derecho.




No hay que esperar además tener duende. El duende, que no es inspiración ni musa, porque no es ajeno, sale de cada una de las turbulencias de la sangre, desde lo profundo, el duende es privilegio de unos pocos.
Es privilegio de Morante.









Parar, templar y mandar, y hacer lo que se debe. Taurino y verdad. Necesario repetirlo como una letanía ante cada momento de ansiedad.


No quiero ser injusta.
También estaba Jose Mari.



Mi corazón, cuyo peligro adoro,
No es una mera frase cortesana:
el hombre entero afronta siempre al toro
con peligro mortal. Así se afana.


Jorde Guillen






El pase de muleta
es el arco glorioso
que al fin rinde el acoso
que la muerte sujeta.
Y cuando atravesada
siente el toro su vida,
piensa que la corrida
vale bien una espada.


Rafael Alberti

Voy a ir a Decatlon, a por el saco, me han dicho que está bien de precio.

En denuncia del "Gran Hermano Universal", en la calle Lavapies de Madrid.
( Yo no quiero salir en facebook)



HASTA OTRO DÍA.

POSTDATA: CLARO QUE ME GUSTAN LAS FOTOS. PERO NUNCA SALIR EN ELLAS.

1 comentario:

pabeledo dijo...

No entiendo de toros pero me gusta ir de ve en cuando,tampoco entiendo la prohibicion,que pena que esa plaza,ya no se use,para lo que fue concebida.Por favor señores mandatarios,prohiban,la pobreza,y pongan los medios,(que los hay)para desaraigarla del mundo.