Aquí de nuevo, en la brecha
intentando domeñar la zozobra en estos tiempos compungidos.
Tarde ventosa de primavera ....y marinera.
Llego agotada del super, de nuevo con la ineludible sensación de haber sido atracada de forma inmisericorde.
Agobiada..., por tratar de conducir la Merche atestada ( carro de la compra, para los no iniciados) por el magnífico pavimento de mi barrio, con unas cuantas bolsas colgando a mi alrededor.
Sudando..., después de subir reptando por las escaleras con la Merche y las bolsas porque de nuevo el ascensor no funciona.
Me dispongo al entretenido quehacer de ordenar las cuatro tonterías que he comprado y abro la ventana.
Y, ahí está, el olor y el mar.
! Bendito sea!
Sigo sin fumar.
A pesar de lo miserable, solitaria, fea y absurda que me siento la mayor parte del tiempo. A pesar de lo que está empezando a pesar mi, al parecer, ya definitiva menopausia, en la que me ido instalando de forma afortunadamente casi imperceptible durante los últimos meses.
Intento valorar lo positivo: mayor comodidad, algunos ahorrillos... y sortear la tristeza, la íntima sensación de deterioro y finiquito, que a ráfagas, igual que los sofocos, hacen que me ardan los ojos y se me anegue el alma.
Sigo sin fumar.
De todas las absurdas decisiones que los iluminados que nos desgobiernan han adoptado últimamente, la que más me duele es aquello de retirar la asistencia sanitaria a los emigrantes. Me transmite de forma ineludible el fin de un ciclo. Me remite a Brecht. Empezamos por desasistir al emigrante, al que menos tiene y... ¿ donde terminaremos?.
ROSAS
Todas las rosas son la misma rosa,
amor, la única rosa.
y todo queda contenido en ella,
breve imagen del mundo,
¡amor!, la única rosa.
amor, la única rosa.
y todo queda contenido en ella,
breve imagen del mundo,
¡amor!, la única rosa.
Rosa, la rosa... Pero aquella rosa...
La primavera vuelve
con la rosa
grana, rosa, amarilla, blanca, grana;
y todos se embriagan con la rosa,
la rosa igual a la otra rosa.
¿Igual es una rosa que otra rosa?
¿Todas las rosas son la misma rosa?
Sí. Pero aquella rosa...
La primavera vuelve
con la rosa
grana, rosa, amarilla, blanca, grana;
y todos se embriagan con la rosa,
la rosa igual a la otra rosa.
¿Igual es una rosa que otra rosa?
¿Todas las rosas son la misma rosa?
Sí. Pero aquella rosa...
JUAN RAMÓN JIMENEZ
La florista, que sabe de mi manía, siempre introduce una o dos en el paquete en el que envuelve las margaritas o las anémonas, a veces tulipanes, que le compro cada semana.
Me las regala. Por buena clienta al parecer.
Las pongo en un pequeño jarrón frente a la puerta de entrada.
Es lo primero que miro cuándo entro cada tarde ( después busco al gato) y lo que me despide cada mañana.
¡ Cómo son de perfectas!
Me dan paz
LA ROSA DE LA PAZ
Madame Meilland es uno los nombres con que se conoce a esta rosa de té, de la que más número de ejemplares se venden en todo el mundo, aunque su nombre de registro y de exhibición es Peace. Este híbrido fue obtenido por Francois Meilland y la dedicó a su madre, bautizándola con su nombre.
Este horticultor francés desarrollo su rosa entre 1935 y 1939.
Cuando Meilland previó la invasión alemana de Francia envió esquejes de su rosa a sus amigos en Italia, Turquía, Alemania y los Estados Unidos para protegerla. Se dice, que el esqueje americano fue enviado a los EE.UU. en el último avión disponible antes de la invasión alemana.
A principios de 1945 Meilland escribió al mariscal de campo Alan Brooke el autor principal de la estrategia maestra que ganó la Segunda Guerra Mundial, para darle las gracias por su papel clave en la liberación de Francia y para preguntar si Brooke le daría a su nombrar a la rosa. Brooke se negó diciendo que, su nombre pronto se olvidaría. Propuso un nombre mucho mejor y más duradero : "paz".
PEACE ROSE.
La adopción del nombre comercial de PEACE se anunció públicamente en el USA el 29 de abril de 1945. Este fue el mismo día en que cayó Berlín.
Cada uno de los delegados en la reunión inaugural de las Naciones Unidas en San Francisco, llevaba una rosa PEACE en la solapa de su traje.
Como es evidente, no sirvió para nada.
EL CABALLERO DE LA ROSA
La más bella de las músicas, todo el inmenso caudal melódico de Richard Strauss, alejado del expresionismo de otras de sus obras. Intenso y emotivo homenaje a Mozart y a Viena. El, que desde mi humilde opinión es el mejor compositor para voces femeninas, nos dejo es esta ópera rara y anacrónica un monumento, a la Rosa, al amor y a la vida, a ritmo de maravilloso vals.
Uno de los mejores momentos de la historia de la ópera es la entrega de la Rosa de Plata.
NO TOQUEIS MÁS LA ROSA.... ES PERFECTA.
LO DIJO JUAN RAMÓN.
Que tampoco deje de sonar el vals
Que tampoco deje de sonar el vals
Carpe diem
Hasta otro dia.
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