martes, 10 de abril de 2012

Ciertas mujeres.


PORQUE SE LO MERECEN
Hay mujeres que son princesas porque nacen princesas y son ángeles porque tomaron cuerpo de mujer.




A Audrey Hepburn
Como un sol que parpadea entre hojarasca
cuyo sonido es murmullo de conchas blanquísimas
cada diente de tu sonrisa aspira a la eternidad.
Cada latido que abrió rosas silvestres
y que fueron ruiseñores entre los dedos
cada fragancia de ocaso resplandece
con sólo mirar ante las cristalinas aguas del pasado
y si ha de llegar la sombra, la silueta de la dulzura
sabrá componer luminosas hebras de sirena
para cantar la ausencia de tanta belleza
cincelada en el amor.
Ana María Espinosa.

Ana Mª Espinosa (jerezana) es buscadora incansable de belleza y armonía, inquieta y solidaria. Surrealista. Sus poemas los mima, los perfuma y los pinta; como resultado, la plástica de sus versos.
Un poemario publicado “Pintando Versos”.


HERMOSA Y TRISTE: Audrey Hepburn

 Medía 1,70 metros y su cintura apenas alcanzaba los 50 centímetros, pero su envidiada delgadez era el resultado de las carencias que sufrió durante la ocupación nazi en Holanda. Aunque llegó a convertirse en un icono de glamur y elegancia y trabajó con los grandes nombres del celuloide, la nostalgia la persiguió.
La guerra y el tener un padre que nunca le hizo mucho caso y que acabó abandonándola afectaron a su carácter.

 "Me convertí en una criatura melancólica, reservada y callada. Me gustaba mucho estar sola".



Además, su mayor sueño era tener hijos y padeció cinco abortos a lo largo de su vida. Después de dar a luz a un bebé muerto, Hepburn, con 30 años, envejeció de golpe.

"Fumaba tres paquetes de cigarrillos al día, se mordía las uñas hasta destrozarse los dedos y llegó a pesar 40 kilos".

Después de haberlo conseguido todo en su profesión, Hepburn dejó de hacer cine y se dedicó a realizar tareas humanitarias con Unicef. "Me han concedido un enorme privilegio, el poder hablar en nombre de los que no tiene voz", declaró al actriz. En 1993, con 63 años y afectada de un cáncer de colon, Audrey murió en su cama, durmiendo y sonriendo.
 


Ahora veo con terror el mundo.
Leonora Carrington: 94 años huyendo

Nace el 9 de Abril de 1917, muere el 25 de Mayo del 2011.
Sus últimos días, años, estaba débil, pero ágil. No se detenía, no quería detenerse. Seguía huyendo. Huía de la muerte. Le temía. Mucho. “Muchísimo”, repetía.
Siempre escapando.
Viajó de Chorley, Lancashire, en el norte de la Gran Bretaña, donde nació, a Westwood, Crookhey Hall, Hazel Wood, donde creció, y luego a Irlanda, con la abuela.
De ahí a Florencia y Londres, donde se hizo artista con ayuda de Ozenfant; luego a París, donde halló el amor en Max Ernst, la vida en la Rue Jacob y Saint-Martin L’Ardeche, el estilo en el grupo surrealista de André Bretón, Lee Millar, Man Ray y Remedios Varo,  y el horror de la guerra entre Francia y la Alemania nazi.

Más tarde huyó, aterrada, a España, a donde llegó por los Pirineos. Ahí cayó en la más profunda depresión. Escapó, otra vez, a Lisboa, donde halló consuelo y matrimonio en 1941 con el poeta mexicano Renato Leduc. Él la llevó a Nueva York, antes de atravesar en auto por Nuevo Laredo, a México. Aquí vivió sus últimos 69 años, salvo temporadas en que volvía a Nueva York o Chicago.


Ya se había escapado de la rigidez que en su país le exigía convertirse en una dama de la sociedad inglesa; del abismo de la depresión, que la mandó a un hospital psiquiátrico en Santander, de las armas de Hitler.

Pero no quería detenerse.






Siempre prefirió el ferrocarril al avión, pero su tren de vida en la vejez sólo le permitía distancias cortas, lentas. De Jalapa a Tonalá, y acaso a Oaxaca, que así se llaman las calles de la Ciudad de México que rodean Chihuahua, donde vivió sus últimos años.

Una cuadra para tomar dos minutos de sol, dos para comprar el periódico, otras -en taxi- para ir al supermercado.

No conducía porque su maestro de manejo en Chicago le advirtió a tiempo, decía ella carcajeando, que era un peligro público: ser ambidiestra la confundía.



Leonora Carrington Moorhead, símbolo del surrealismo, pintora, escultora, grabadora y litógrafa con obra expuesta en el mundo entero.
Escritora traducida, al menos, a seis idiomas; generosa, gruñona, aventurera y rebelde, de belleza misteriosa, ojos azules, tambaleante agilidad, memoria en extinción, incierta y solitaria,  austera y vegetariana, hija de padres de ascendencia irlandesa y raigambre católica, madre de dos hijos, David y Pablo, y abuela de varios nietos a los que nunca les enseñó a pintar.

Ella, le temía a la muerte.

Salía poco de su casa, austera y fría, en la Colonia Roma. Nunca sola de noche.
Sus vecinos -los que no sabían que era Ciudadana Distinguida nombrada así por el Gobierno del Distrito Federal; portadora de la Order of the British Empire, otorgada por la Reina Isabel II de Inglaterra, y Medalla de Oro de Bellas Artes en México- la veían con sospecha, gabardina negra larga, piel casi transparente.
Platicar con ella, en los tiempos en los que era una leyenda viva, era un honor. Aceptaba preguntas de malas, las contestaba de buenas. Pocas palabras, muchas ideas.



 


" Nunca he sido capaz de averiguar exactamente en qué consiste el feminismo; sólo se que la gente me llama feminista, siempre que expreso sentimientos que me diferencian de un felpudo" Rebecca West.





Emiliniana de Zubeldia Inda 
(Navarra, España, 1888-Sonora, México, 1987).
 Compositora, pianista, docente y directora de orquesta y de coro.



Desde muy pequeña dio muestras de un talento excepcional para la música. Inició sus estudios musicales en Pamplona y después en el Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, obteniendo el título oficial de piano con diecisiete años.

En 1920 ganó por oposición la plaza de profesora de piano en la Academia Municipal de Música de Pamplona y en 1922 pidió excedencia hasta octubre de 1924 para seguir sus  estudios en París; al finalizar ésta pidió la baja definitiva para continuar estudiando en el extranjero.
Ravel y Stravinski componían obras para los Ballets Rusos de Diaghilev, a los que se unió Emiliana de Zubeldía como pianista de ensayos. Emiliana se movía entre la Salle Pleyel y el Centro Internationale de Musique donde ofreció, en 1927, un concierto de música española con la primera soprano del Teatro Real de Madrid, Pepita Sanz. 


Desde aquí inició una gira por Europa: Bélgica, Suiza, Alemania, Italia e Inglaterra y en 1928 se embarca rumbo a América en una larga gira de conciertos. Estuvo en Río de Janeiro, Montevideo (donde entró en contacto con la poesía latinoamericana, poniendo música, entre otros, a poemas de Juana de Ibarbourou) y Buenos Aires, y desde Argentina partió a Nueva York en 1930.

En Nueva York se alojó en el Club de la American Women Association (AWA Club) que albergaba a muchas extranjeras. En 1933 se encontró con Andrés Segovia y Nicanor Zabaleta, y compartieron con Emiliana emisiones radiofónicas en la Radio City Music Hall, dando charlas sobre música española, hasta el verano de 1934. También conoció al mexicano Augusto Novaro creador del "Sistema Natural de la Música o Teoría de Novaro", teoría que Emiliana estudió a partir de ese momento y antes de finalizar un año ya había armonizado una serie de danzas vascas aplicando la “Teoría de Novaro”.

Al convertirse en seguidora y discípula de Augusto Novaro, en 1935 decide fijar su residencia en México. En 1947 el rector de la Universidad de Sonora la invita a trabajar en la integración de coros de estudiantes universitarios. Se trasladó a Hermosillo para hacerse cargo de la educación musical universitaria, fundando la Academia de Música en la Universidad de Sonora donde fue profesora durante 40 años.

Murió en Sonora el 26 de mayo de 1987, a la edad de 98 años y medio.




El Fondo Emiliana de Zubeldía Inda se guarda en el Archivo Histórico de la Universidad de Sonora. Hay documentos, cartas, manuscritos, recortes periodísticos, reconocimientos, fotografías, discos y fundamentalmente partituras con música inédita, además del álbum de recuerdos que Emiliana atesoró cuidadosamente durante su gira por América del Sur.
El 6 de diciembre de 2007 se constituyó la Fundación Emiliana de Zubeldía Inda A.C con el propósito de promover, difundir y rescatar la obra musical que cuenta con unas 260 obras.
En México recibió muchos premios y homenajes, y en Musikaste, semana dedicada a la difusión de la música de compositores vascos, celebrada en Errenteria (Gipuzkoa) en mayo de 1991, fue declarada como la compositora más importante del País Vasco.




Kassia (c. 810 - 843/867).

Compositora, escritora, poeta y filósofa

Kassia, compositora, escritora, poeta, filósofa y defensora de la causa de las mujeres, nació hacia el año 810 en Constantinopla, capital de Bizancio, Imperio Romano de Oriente. Mujer excepcional que destacó por su inteligencia, belleza y cultura. En los manuscritos de la época aparecen distintas grafías de su nombre como Cassia, Eicasia, Icasia y también Cassiane.

A Kassia se la califica como la primera compositora cuyas composiciones se han conservado con la atribuciòn de nombre, pues en épocas antiguas también han existido compositoras y músicas.

De origen aristocrático, se educó en la Corte Imperial y recibió una formación griega clásica en el arte de escribir y en filosofía; se formó además bajo el cristianismo primitivo lo que se revela en su prosa y en sus poemas.


Por su origen noble y su belleza Kassia fue seleccionada como candidata para casarse con el emperador Teófilo; la selección se hacía enviándolas una manzana de oro, costumbre procedente de la antigua Grecia. La participación de Kassia en esta ceremonia y sus palabras se han conservado en las crónicas bizantinas que cuentan como “Teófilo pasando lentamente delante de las dos filas de bellezas que rivalizan, con la manzana de oro en la mano, quedó impresionado por la belleza de Kassia. Cuando el emperador, intentando entablar conversación, emite un juicio negativo sobre las mujeres diciendo que Eva era el origen del mal, esperaba que Kassia asintiese en el mismo sentido, pero Kassia retiene su mirada y sin dudar le respondió que la Virgen María es igualmente la causa del bien”, respuesta que la excluyó de ser candidata.


Años después entra en un convento y en el año 843 funda su propio convento en Costantinopla del que llegó a ser abadesa. Es en el convento donde ella compone música para los oficios religiosos y comienza a escribir. Sus textos son tanto profanos como religiosos.

A Kassia se atribuyen alrededor de 50 composiciones litúrgicas. Era autora tanto del texto original como de la composición musical. Los textos y composiciones de Kassia eran únicos en su tiempo y superiores a las obras de los himnógrafos masculinos contemporáneos.
En el siglo XX fue canonizada dentro de la ortodoxia oriental bajo el nombre griego moderno de Kassiane, su fiesta es el 7 de septiembre.

La belleza lírica de su música es la herencia de esta mujer que “era demasiado inteligente para llegar a ser emperatriz de Bizancio”






Angeles Gulín: una interprete de raza

(Rivadavia, Orense, 14 de febrero de 1939- Madrid, 10 de octubre de 2002)

Hay voces esencialmente bellas que se recrean en sí mismas conformándose con adornar de forma naturalmente atractiva cuanto hacen (Stimme); otras que anteponen la inteligencia, colocando al servicio de la interpretación su propia idiosincrasia (Kunts) ;
las hay también innatas, fornidas, capaces de adentrarse, sin tregua, en el corazón del oyente con la finura de un estilete y la inquietud de lo verdaderamente pasional.

 A esa estirpe pertenecía la voz de soprano de Angeles Gulin.





Para los más jóvenes, la voz de Gulín es hoy una rareza conservada en unas pocas grabaciones de zarzuela y otras operísticas cuya realización ‘en vivo’ engrandece su vibrante naturaleza: un Stiffelio grabado en Nápoles y una Alzira de 1972, un Oberto en registro de 1977 en Bolonia, además de La leyenda del beso, Los gavilanes, Me llaman la presumida o La del soto del parral.
Dejó prácticamente su brillante trayectoria al matrimoniar con el barítono Antonio Blancas. Su hija, Ángeles Blancas esta desarrollando una carrera bastante meritoria como soprano, más en teatros de centroeuropa que en la madre patria.

Los más veteranos y yó, gracias a Ricardo,  recordamos  algo más difícil de guardar: su condición de verdadera soprano dramática, indomable y tenaz como el hierro, poseedora de una gran extensión y de una potencia realmente excepcionales como para adentrarse en el terreno de la leyenda.




Leyenda para Ricardo, al que entre tantas cosas, también debo mi devocion por esta mujer.




SE LO DEBIA.



HASTA OTRO DÍA.

1 comentario:

pabeledo dijo...

Cada dia meguata mas como escribes deberias dedicarle mas tiempo a escribir, puede que sea tu profesion,ademas de ser una brillante radiologa, por cierto ha salido el ultimo de Eduardo Mendoza.El enredo de la bolsa y la vida,mañana voy a comprarlo que tengas un buen dia