domingo, 6 de noviembre de 2011

Libre albedrio





126 y sin cambios.




Cielo encapotado, ahora está despejando.
Se abren jirones azules.
Ráfagas de lluvia
El mar, verdegrisaceo, el color atenuado, rizado.
La playa, llena de maleza y porquería que la marea ha dejado, como enfadada.





Se define como libre albedrío, la creencia que algunas doctrinas filosóficas, entre ellas la cristiana, en la que crecí, sostienen, y que básicamente consiste en mantener  que los humanos tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones.
¿ Hay alguien que se lo cree? ¿ Hay alguien que piensa que es capaz de decidir mínimamente sobre cualquiera de sus acciones?
Yo, no.



No de ninguna de las maneras y cada día menos en mi mundo mediatizado, controlado, vigilado y gobernado no sé muy bien por quien. Alguien, no sé quien,  decide lo que leo y escucho, lo que como, bebo o visto, mis intereses y mis elecciones, mis ocios y mis desvelos. Queda resignarse e ilusionarse buscando, en lo posible algún mundo paralelo o aparentemente alternativo, fuera de la contemporaneidad o de la actualidad del momento.

Porque el momento es como para ir presentándose voluntario para el próximo experimento interplanetario de la NASA, a Marte, quizá, pero sin billete de vuelta.



Y para muestra varios botones:
Desde  el próximo 20 N,  según dice todo el mundo,  este país  va a ser en teoría gobernado por el liberalismo capitalista brutal de la derecha hispana. Se me siguen ocurriendo varias reflexiones:
- al resto del personal nos queda la opción de votar en contra, porque visto el panorama de los políticos patrios, no encuentro a nadie lo suficientemente sugerente como para votar a favor. Lástima pero verdad.
- en vista de las privatizaciones y los copagos que que nos vienen encima, a nadie se le ocurre recordar que los pobres ciudadanos puteados vamos a volver a sufragar unos servicios que todos llevamos pagando durante años a través de nuestros impuestos. Al menos yo tengo la sensación de haber pagado con creces todo lo que pueda necesitar yo y mis teóricos descendientes en cuanto a sanidad, educación, transporte....


- y al fin y al cabo: ¿ qué más da? Si en realizad estamos en manos del algo tan esotérico como los mercados. Si nuestra Kaiser Merkel carece de la suficiente categoría política como para imponerse a los mismos. Si nos niega la capacidad de poder decidir, no sólo a los ciudadanos, sino al resto de los gobiernos, ( véase la triste historia del referendum griego). Esta claro quién decide, Frau Merkel quiere ponernos firmes al sur de Europa para que a Alemania le vaya bien; no hay que perderse su comunicado de cada sábado.






 

Más madera: soplan de nuevo vientos de guerra en Oriente Medio.  Cómo este año no hemos tenido bastante: crisis, Grecia, Libia, Siria, elecciones, terremotos, Fukushima..., el susto fue mayúsculo cuándo se oyó que el primer ministro israelí está presionando para lanzar un ataque contra Irán y destruir su programa nuclear. Claro que la contestación de Ahmadineyad no fue tranquilizadora, eso sí escueta: "os arrepentiréis de hacerlo".
Está claro que el gobierno iraní no es santo de mi devoción, es un peligro, dicen los belicistas; será verdad. Pero también es cierto que en la región existe un país que ha declarado la guerra a todos sus vecinos, se pasa por el arco de triunfo cualquier resolución internacional, que gasta en armamento más que nadie y que sí tiene armas nucleares. Y no es Irán.

Hablando de Irán: dos futbolistas de la liga iraní han sido condenados a setenta y cuatro latigazos cada uno y a no volver a jugar al fútbol en su vida. Todo por haberse tocado el culo en la celebración de un gol.
Vease:




Es una putada, si lo piensas, haber nacido en Irán en el siglo  XXI, cuanto mejor estamos aquí, a pesar de todo.
La primavera árabe va a ir abocando en gobiernos islamistas más o menos tutelados por USA. La estrategia parece como sigue: distraemos a la población con historias de velos, poligamias y latigazos, a la vez que vamos esquilmando sus recursos, subdesarrollo, pobreza, sumisión, represión y rebelión.
¿Donde está la diferencia con el régimen iraní? ¿ Donde está la diferencia con los regímenes del resto del mundo? Claro que el entretenimiento occidental es otro.



A pesar de todo, siempre queda el recurso de la pataleta y el sueño de poder elegir, según el libre albedrío, a menos las cosas pequeñas que van llenado este domingo de noviembre.
A mi manera




Lástima que Frank Sinatra fuera tan perfecto  y tan seguro de su capacidad sobrenatural. Revienta un poco.

No me gusta la gente perfecta y segura. Prefiero las dudas, las equivocaciones, la pasión y el miedo.

Prefiero a Leonard Cohen.








Quiero comer jamón de Jabugo.
Quiero no tener que trabajar para vivir.
Quiero pan
Quiero fumar
Quiero no vivir para trabajar
Quiero no ser tan exigente
                   Quiero tocar un piano
Quiero cantar en la ducha
Quiero menos certidumbre.
Quiero no madrugar
Quiero que gane la Real

   ¿ Y tú  que quieres?


Gracias, hasta otra  

3 comentarios:

pabeledo dijo...

Yo quiero que paren de una vez de darnos el coñazo y de meternos el miedo en el cuerpo que jubilen de una vez a Merkel y al maleducado frances no los soporto quiero ir a vivir a Islandia,lo unico que me permite seguir respirando y nomorirme de asco es la literatura no te pierdas el ultimo libro de Joaquin Berges Vive como puedas. Vive como puedas no oculta su guiño a la nada convencional y libertaria familia protagonista de una famosa comedia de Frank Capra de título similar, así como el homenaje al género de las screwball comedies clásicas, traídas al presente. El autor de El club de los estrellados, Premio a la Mejor Ópera Prima en español de 2009, nos propone una descacharrante comedia de situación, con personajes y escenas inolvidables, y donde de nuevo lo cómico alterna con lo profundamente emotivo, marca de la casa.Que lo difrutes tanto como yo

Anónimo dijo...

Vitoria-Gasteiz,
¡muchas gracias!

Gersam dijo...

Recomiendo a Jeff Buckley cantado Hallelujah, un cantante con una oscura vida y muerte, pero con canciones muy interesantes. Desde luego, un claro ejemplo de vida desordenada e imperfecta.